lunes, septiembre 22, 2008

Te he seguido

Emilio Westphalen

(...)
"Te he seguido borrándome la mirada
Y callándome como el río al acercarse al abrazo
O la luna poniendo sus pies donde no hay respuesta
Y me he callado como si las palabras no me fueran a llenar la vida
Y ya no me quedara más que ofrecerte
Me he callado porque el silencio pone más cerca los labios
Porque sólo el silencio sabe detener a la muerte en los umbrales
Porque sólo el silencio sabe darse a la muerte sin reservas
Y así te sigo porque sé que más allá no has de pasar
Y en la esfera enrarecida caen los cuerpos por igual
Porque en mí la misma fe has de encontrar
Que hace a la noche seguir sin descanso al día
Ya que alguna vez le ha de coger y no le dejará de los dientes
Ya que alguna vez le ha de estrechar
Como la muerte estrecha a la vida
Te sigo como los fantasmas dejan de serlo
Con el descanso de verte torre de arena
Sensible al menor soplo u oscilación de los planetas
Pero siempre de pie y nunca más lejos
Que al otro lado de la mano"
(Emilio Adolfo Westphalen)

martes, julio 15, 2008

Las rutas han sido cortadas

Che Guevara. Warhol 1962

(Apuntes para una novela I)

¿Que todos somos iguales? Demuéstrenlo- dijo Sergio en voz alta sacándome de la desazón al presenciar el espectáculo que se mostraba en todo su esplendor.
Estábamos en la mal llamada Plaza Ché. Cinco hippies bailaban como flotando sobre un paisaje bucólico. El líder era una suerte de flautista de Hamelin: descalzo, con una bata que le llegaba más abajo de la rodilla, con la barba larga y el bigote terminado en puntas y un sombrero cónico de un material extraño, tocaba una flauta traversa sin mucha pericia. Los otros cuatro lo perseguían tratando de hacer figuras con los brazos y, como si se tratara de un rito iniciático, el resto de los estudiantes que estaba en la plaza lo miraba con respeto, orgullosos de la mística del lugar en el que les había tocado solazarse en estos años de universidad –los mejores años de la vida- como decían sus padres que muy seguramente habían estado en mayo del 68 y habían bailado sobre esos mismos adoquines.
Nosotros nos creíamos la excepción, veíamos la escena desde la distancia, como quien planea el asalto de un banco desde la acera de enfrente. Ya empezábamos a aburrirnos cuando Sergio, mirando al ícono del Ché Guevara dijo con esa risa infernal que siempre le salía antes de lanzar alguno de sus dardos envenenados: ¿Ustedes de verdad creen que el trabajo es la esencia del hombre como decía Marx? Enseguida, y como venía haciéndolo desde tiempo atrás, parafraseó a Don Nicolás Gómez Dávila: ¿Qué nos importa quién ha de ser el dueño de la fábrica, si la fábrica ha de seguir existiendo? La cosa está como complicada dije yo, miren eso, un grupo de estudiantes pintaba imágenes del Ché Guevara con un molde de papel periódico y varios frascos de pintura en aerosol: pintaban uno después de otro, varios por minuto. Uno tenía el papel, otro lo pegaba, otro iba pintando con aerosol y el último iba despegando el molde. Al final quedaba una hilera de retratos del Ché Guevara en colores fluorescentes. Descubrieron la división del trabajo pensé yo. Ahora sí estamos en problemas.
***
Sergio estaba escribiendo su tesis sobre la obra de Nicolás Gómez Dávila. Parecía que todo el tiempo la estuviera redactando en su cabeza. Siempre estaba ensimismado y de repente sacaba un escolio del maestro que encajaba perfecto con la situación. Lo decía con una mueca de risa y tedio y al final, como si acabara de expulsar un demonio, se relajaba y nos pedía un cigarrillo. Cada frase de Sergio era como un puñetazo en la cara. –Es una contradicción Sergio, le decía Matías una tarde mientras nos fumábamos uno de esos cigarrillos tirados en el pasto boca arriba. Es una contradicción y una estupidez pretender hacer una tesis sobre Nicolás Gómez Dávila. Según Matías no era posible someter la obra de Nicolás Gómez Dávila al pensamiento sistemático que le exigía la elaboración de una tesis de grado. Cada escolio se explica a sí mismo decía Matías, cada escolio es una esfera compacta e impenetrable, una obra autónoma. Gómez Dávila siempre desdeñó del pensamiento sistemático como para tener que someterlo a la crítica literaria. Sergio lo escuchaba atento, como si le diera crédito a sus juicios. Antes de terminar el cigarrillo se puso de pie y antes de que Matías siguiera su perorata, haciendo gala de su memoria y de su increíble lucidez nos lanzó la siguiente frase del maestro: -Las verdades convergen hacia una sola verdad –pero las rutas han sido cortadas.
***
Las cosas convergen y debemos estar tranquilos. Yo estoy tranquilo. Hay un designio divino, una divina providencia que hizo que las cosas pasaran así. Fue crucial que las cosas pasaran así.
***
A Matías Aldecoa lo conocí en clases de economía pero solamente lo abordé después de que descubrí su obsesión por la literatura rusa. Nunca hablaba de lo que estaba leyendo, leía a Chejov y a Gogol con devoción pero a diferencia de Sergio no le gustaba citar autores en las conversaciones. Detestaba el pensamiento enciclopédico y parecía que todo lo que leía lo incorporaba en mayor o menor medida en su arsenal argumentativo. Aunque por su vasta cultura estaba lejos de ser un economista típico de su generación, entendía la economía más que cualquiera y su mayor placer consistía en pescar inconsistencias lógicas en los fríos y aburridos modelos económicos. La consistencia teórica es lo que importa- me decía. El dato empírico no me interesa, la consistencia empírica es un requisito intrascendente para la economía, es el requisito para que se le considere como algo útil, pero no nos dice nada sobre su valor estético, la utilidad es accidental pero la estética no. Los argumentos de Matías siempre eran polémicos, peleaba hasta consigo mismo, hablaba y simulaba la postura de varias orillas y desde cada una podía ser coherente, no podía expresar una idea sin decir siempre la contraria. En todas sus tesis se colaba, así fuera al final, la antítesis: la economía está destinada a desaparecer si quiere ser una ciencia útil, me dijo una vez saliendo de clase de política económica, pero si no fuera por la pretensión de ser útil no existiría, lleva adentro la semilla de su destrucción, remató con tono de resignación.



sábado, junio 14, 2008

La noche estrellada de Fernando Vallejo


"Y de rencor en rencor me fui adentrando a la noche oscura del odio, donde dispersas brillaban una que otra chispita de amor, porque solo así el amor vale."

viernes, mayo 30, 2008

El tiempo desportilla sin destruir

jueves, febrero 14, 2008

Roy Lichtenstein

"Entonces me miró. Yo creía que me miraba por primera vez. Pero luego, cuando dio la vuelta por detrás del velador y yo seguía sintiendo sobre el hombro, a mis espaldas, su resbaladiza y oleosa mirada, comprendí que era yo quien la miraba por primera vez".

Ojos de Perro Azul. GGM

viernes, enero 25, 2008

Tres versiones del mundo de Cristina

Andrew Wyeth. Christina´s World.

miércoles, noviembre 21, 2007

Prolegómeno 1. El amor no es observable

Topor. Trou normand

Como los erizos, ya sabeis, los hombres un día sintieron su frío. Y quisieron compartirlo. Entonces inventaron el amor. El resultado fue, ya sabeis, como en los erizos. (Cernuda, 1932-33)
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El amor no es observable, no puede ser sometido a la descripción. Solo es posible aproximarse a él mediante la literatura. Y la Literatura, como dice Fernando Vallejo, es el reino de lo recibido, (...) el vasto dominio de la fórmula, del lugar común y el cliché (Vallejo, 1983). Porque esto es así, porque el amor solo existe en la literatura y la literatura es fórmula decimos que éste es suceptible de generalización. Dos cosas se desprenden de aquí:
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1. El amor nada tiene que ver con la realidad.
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2. El amor es cliché.
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¿En dónde existe al amor si éste nada tiene que ver con la realidad? ¿Cuál es la región donde tiene asidero? Las preguntas sobre el amor solo pueden responderse con literatura, esto puede llegar a empalagar. Miel sobre miel empalaga decía Vicente Huidobro, pero como ya se dijo: el amor es autocontenido, es como el vaso de agua que no es un vaso con agua. De la respuesta estuvo cerca Luis Cernuda, quien escribió un solo libro durante toda la vida, al parecer desde la región que nos interesa, desde el planeta donde la geografía y el tiempo no existen:
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Donde habite el olvido
Donde habite el olvido,/En los vastos jardines sin aurora;/Donde yo sólo sea/Memoria de una piedra sepultada entre ortigas/Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios./Donde mi nombre deje/Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,/Donde el deseo no exista./En esa gran región donde el amor, ángel terrible,/No esconda como acero/En mi pecho su ala,/Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento./Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,/Sometiendo a otra vida su vida,/Sin más horizonte que otros ojos frente a frente./Donde penas y dichas no sean más que nombres,/Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;/Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,/Disuelto en niebla, ausencia,/Ausencia leve como carne de niño./Allá, allá lejos;/Donde habite el olvido. (Cernuda, 1932-33)
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lunes, octubre 29, 2007

Iván K está escribiendo una teoría sobre el amor

Le sexe des mots. Roland Topor.
Todos los amores que de aquí abajo se pueden ver, nacen, viven, mueren o se elevan a la inmortalidad siguiendo las mismas leyes.
Stendhal. Del Amor.
¿Una teoría sobre el amor? Sí, como se oye, como la que escribió Stendhal. ¿Una teoría? le pregunté. Sí señor, una teoría, el amor es suceptible de generalización, eso no le quita ni le pone nada, pero sí me permite hacer una teoría, y a mi, como usted ya debe saber, me divierte teorizar, es una manera de soportar el fracaso. Me lo dijo por teléfono, al fondo se eschuchaba el eterno disco de Nat King Cole, no recuerdo la canción. Ahora solo escucho boleros, me dijo Iván K, y estoy preparando una teoría sobre el amor que será un best seller, se lo juro.

Me lo puedo imaginar, otra vez, mirando al infinito. Un ensayo más. Un intento más por alcanzar el éxito editorial. La entrada al parnaso de los escritores colombianos, y por qué no, al parnaso latinoamericano o hispanoamericano, que se yo. Iván K es inmortal, que haga lo que quiera con sus derrotas sucesivas, con sus pequeñas muertes, que me sorprenda con su mediocridad o con su talento intermitente, finalmente su biografía tiene asegurado un anaquel en la biblioteca eterna.

jueves, octubre 18, 2007

"Quizás la muerte es embriaguez de abismo"

"Serás nocturno cuando el día te arrulle.
Diurno cuando la noche te señale.
Crecerán en tus ojos madrepóricos
arrecifes y el viento irá contigo.
Y el viento irá contigo"

Germán Espinosa. Proemial 1970

jueves, octubre 04, 2007

El abrigo del tiempo

Le Corbusier. Pabellón de Philips. 1958

"Un tiempo nuevo se abre
una etapa un plazo un relevo
Así no nos quedaremos
sentados junto a nuestras vidas"

Le Corbusier

sábado, septiembre 29, 2007

Macedonio Fernández

"A.-(...)Yo le propuse a Macedonio que nos suicidáramos, para discutir sin estorbo.

Z (burlón).-Pero sospecho que al final no se resolvieron.
A (ya en plena mística).-Francamente no recuerdo si esa noche nos suicidamos".
Jorge Luis Borges

viernes, septiembre 28, 2007

Sin título (II)

Warhol. Revolver.

-RA: Iván K está coleccionando versos y frases sobre la muerte (me recuerda al personaje de El inmortal de Borges) y para rematar, ahora anda obsesionado con la máquina para hablar con Dios de Le Corbusier.
-CHEJOV: Creo que usted no me entendió.
-RA: Trato de entender a Iván K no a CHEJOV, a CHEJOV no lo conozco.
-CHEJOV: es buen punto. Pero insisto que usted sobrevalora al personaje. Lo que importa es el cuento.
-RA: Dirá los cuentos, Iván K está en más cuentos. En los que yo escribo, Iván K es inmortal.
-CHEJOV: en mi cuento Iván K podía ser cualquier escritor por encargo.
-RA: En los míos no podría ser cualquier persona, en los míos Iván K sentenció y mató a Josefina con una Smith & Wesson. Se suicidó en un avión comercial. Lo asesinaron en la plaza. Se perdió en la mitad del mar. Se volvió famoso. Lo asesinaron en un parque, en una extraña escena que parecía sacada de Blow Up o de Broadway Danny Rose. Se enamoró de una tal Madeleine que le dio un tiro de gracia, lo enterró en el jardín de la casa en la carrilera, lo revivió y lo resucitó y lo volvió a matar varias veces. Ahora lo persigue un disco de Nat King Cole y tiene pesadillas con Sam Carlton tocando el contrabajo.
-CHEJOV: Hubiera empezado por ahí...¿Quién es Sam Carlton?¿Quién es Madeleine? ¿Son personajes suyos?

Sin Título (I)


-RA: ¿Iván K no se va a morir?
-CHEJOV: Nunca lo pensé, había olvidado el nombre de Iván K, podría ser cualquiera, es irrelevante para la historia si se muere o no.
-RA: ¿Pero eso quiere decir que Iván K es inmortal?
-CHEJOV: No sé, solo le digo que es irrelevante.
-RA: ¿Qué es irrelevante? ¿Iván K o matar a Iván k?
-CHEJOV: Cualquier pregunta sobre Iván K por fuera de la historia en la que existe.
-RA: Pero Iván K es inmortal.
-CHEJOV: Él no es inmortal, es un escritor mediocre, un escritor por encargo, pero es irrelevante si se muere o no. Lo que representa, es decir la mediocridad, sí creo que es inmortal.
-RA: Por eso, cómo separar lo que representa del nombre. Yo sí creo que Iván K es inmortal.
-CHEJOV: No le dé importancia a eso. No sobrevalore al
personaje. Es un cuento. Iván K está en función de la historia. Ya le dije, el nombre pudo ser otro, pudo llamarse...Roberto Angulo.
-RA: Já! Yo estoy seguro que Iván K es inmortal.
-CHEJOV: ¿Por qué lo dice?
-RA: ...
-CHEJOV: no le entiendo.
-RA: ¿Qué cosa?
-CHEJOV: Matar a Iván k es irrelevante, no lo sobrevalore.
-RA: No lo sobrevaloro. La inmortalidad no es una virtud.
-CHEJOV: No se complique. La vida de Iván K es irrelevante.
-RA: ¿Pero si usted no escribe la muerte de Iván K, quién lo va a hacer?
-CHEJOV: ¿Matar a Iván K? eso es un despropósito. ¡No tengo contemplada una segunda parte de Chist!

domingo, septiembre 23, 2007

El río del tiempo no desemboca en el mar de Manrique


"El río del tiempo no desemboca en el mar de Manrique. Desemboca en el efímero presente, en el aquí y ahora de esta línea que está corriendo, que usted está leyendo conmigo hacia la nada. Pedro en su casa, Dios en su Iglesia, y aquí su servidor que hoy le ha dado por negar la muerte y refutar el tiempo".
Fernando Vallejo

lunes, septiembre 17, 2007

Roland Topor. Les Temps Morts.

"No es Muerte la libadora de mejillas,
Esto es Muerte. Olvido en ojos mirantes."
Macedonio Fernández

jueves, agosto 30, 2007

Ivan K podrá ser inmortal pero su vida es un disco rayado

Roland Topor. Lamour Rend Aveugle

Iván K cree que está recuperado. Como una serpiente que muda la piel, acaba de salir de otra pequeña muerte y a pesar de su ceguera luce renovado. La última vez perdió los ojos y ahora sólo recuerda. Pero cuidado, hay algo en el ambiente, hay algo que en poco tiempo lo perturbará, al final de la calle se escucha el sonsonete de un disco viejo de Nat King Cole: Y si acaso yo muero en campaña, y mi cadáver lo van a sepultar, Adelita por Dios te lo ruego, que con tus ojos me vayas a llorar.
Iván K resucitó, pero el mundo que lo recibe es más estrecho que el de antes, en cada rincón suena una canción que lo enfrenta al abismo. Chejov lo sabía, por más que Roberto Angulo no lo quiera aceptar Chejov lo sabía: solo hay algo más irrelevante que la muerte de Iván K y es su vida.

lunes, agosto 13, 2007

El maquinista

Le Corbusier. Chapelle Notre Dame du Haut, en la ciudad de Ronchamp, 1955
"Ninguna obra que no tenga un carácter agresivo puede ser una obra maestra" Marinetti

viernes, mayo 11, 2007

Calavera con cigarrillo encendido.

Calavera con cigarrillo encendido. Vincent Van Gogh (1885)


"No le temo a la muerte, sólo que no me gustaría estar allí cuando suceda". Woody Allen

martes, abril 10, 2007

Iván K está enterrado en el jardín de la casa en la carrilera

Hopper. House by the railroad

"(...) y cuando estas honras me bastaron para hacerle justicia por sus virtudes empecé a desquitarme de sus infamias, y entonces lo resucité dentro del sepulcro blindado, y allí lo dejé revolcándose en el horror".
G.G.M (Blacamán el bueno vendedor de milagros).
Ah caramba, de modo que todavía quedaban peldaños por caer. El coro de Paperback Writer, ese que termina en writer writer writer...se interrumpe con un disparo seco. Madeleine le dio un tiro de gracia a Iván K. ¿Qué creías Iván K? ¿que esto era el remanso tranquilo de la nada? "ser inmortal no quiere decir que no te pueda asesinar, ahí te dejo en tu mundito mediocre, no se si sea justo o injusto pero es lo que quiero cabrón. Adiós" . Madeleine guarda la pistola. Ahora un primer plano de Iván K con un tiro en la frente, boca arriba, la última imagen que ve es un tren que atraviesa una llanura. En el tren hay un pasajero que está leyendo y que siente desasosiego. El tren pasa al lado de una mansión estilo victoriano. El pasajero se asoma por la ventana del tren, ahí está la casa, en la mitad de la nada, misteriosamente se levanta como un animal prehistórico. El pasajero alcanza a ver una ventana donde se asoma Madeleine: hay mucha brisa y la cortina se mueve, ella ha recobrado el ritmo sereno de su respiración, le ha vuelto el alma al cuerpo: acaba de enterrar a Iván K en el jardín. Desde el tren el pasajero ve como apagan la luz y enseguida vuelve a la lectura de la novela de Roberto Bolaño. Iván K, nuestro escritorzuelo mediocre, está ahí por siempre, se lo comen los gusanos en el jardín de la casa en la carrilera. Todos se lo advertimos pero él no nos hizo caso. Madeleine, se recuesta en la baranda, está fumando mientras canta plácidamente Yo vendo unos ojos negros ¿quién me los quiere comprar? los vendo por hechiceros porque me han pagado mal.

Matar a Iván K es un despropósito, es inmortal y hay que aceptarlo, así lo sea por motivos fútiles, está enterrado, lo asesinaron, pero no está muerto, como Blacamán, el malo, vendedor de milagros.

miércoles, diciembre 20, 2006

Yue Minjun. Hat series: number 3. The Storm. 2005
Iván K vive en la tierra de los inmortales, la prueba reina de su mediocridad es que vive feliz.

domingo, agosto 13, 2006

Paperback writer, writer, writer...

Parte IV (Epílogo)


Miren donde vino a parar Iván K, el escritor inmortal, nuestro querido escritor por encargo, el autor de las Noches Blancas, el mediocre del talento perdido, nuestro personaje sacado de la literatura de moda o del Chinatown. En un plagio de Las Babas del Diablo (o de lo que sea). Ahí, en esa eterna secuencia de blanco y negro, junto a Madeleine que ahora le entierra una mirada de las suyas. Ahora ella se ríe y él deja de manotear. Empiezan a caminar sin cruzar palabra. Tranquilos. La escena (como siempre prestada, como siempre truculenta) es la del final de Broadway Danny Rose. Pero aquí no hay créditos, nunca habrá créditos en esta escena. Ahí están los dos para siempre. Ellos, Iván K y Madeleine, están ahí por siempre. En una suerte de continente atemporal solamente comparable al remanso tranquilo de la nada. En esta historia cuyo final es lo más parecido a la cadencia del coro de Paperback Writer. Un final que no se acaba, que se deslíe sobre sí mismo en la palabra writer, writer, writer...